Monday, November 4, 2013

Los seis pilares de la autoestima


La autoestima es el conjunto de percepciones, evaluaciones, tendencias, sentimientos y pensamientos del comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, nuestra manera de ser y comportarnos, hacía nuestro cuerpo y nuestra personalidad. Es la autoevaluación que uno mismo se dá como resultado de la valía que considera merecer. La autoestima es construida desde la infancia y depende en gran manera de la forma en la cual nos hemos relacionado con los demás, la manera en la que los demás nos han percibido y valorado según los aspectos que constituyen nuestra identidad. 

La autoestima está compuesta por dos aspectos fundamentales: la confianza y el respeto por uno mismo. 
Confianza/eficacia: consiste en confiar en el funcionamiento de mi mente y mi capacidad de pensar y razonar, tomar decisiones. Creer y confiar en mi mismo. 
Respeto: afirmación de mi valía personal. El respeto a uno mismo consiste en una actitud positiva hacia mi persona y todo lo que esto conlleva; necesidades, gustos, habilidades, físico, destrezas y debilidades. 

La autoestima resulta, por lo tanto, en el razonamiento de que soy apropiado, competente y tengo valía. Significa estar confiado y consiente de mi persona. 



1. Vivir conscientemente 
Significa sentir, pensar y actuar con conocimiento de lo que uno hace. Tener la capacidad de percibir los estímulos de nuestro alrededor y nuestras acciones, propósitos, valores y metas. Va más allá del pleno conocimiento de la situación sino de actuar en base a lo que se conoce. 

Si no se aporta un adecuado nivel de conciencia a las actividades que realizamos vivimos con un sentido mermado de la realidad de nuestras capacidades y eficacia personal. No conocemos plenamente el máximo de nuestro potencial, ni nos ponemos a prueba para superar los obstáculos que podemos enfrentar. Se vive evadiendo los hechos que nos causan perplejidad, duda, miedo o incluso... flojera. 

Por ejemplo: "Se que mi relación sentimental es dañina a mi persona, pero se que yo voy a hacer que cambie". 
"Se que no estoy dando el máximo que puedo dar en mi trabajo, pero no me dan ganas". "Se que podría sacar mejores calificaciones, pero para qué esforzarme más si ahorita estoy bien". 

2. La integridad personal 
La integridad es el conjunto de ideales, normas, creencias y conducta de acuerdo a dichos valores declarados. Cuando tanto nuestro comportamiento como nuestros valores concuerdan, entonces tenemos integridad.  No importa que tan hermosas o presuntuosas sean las palabras que declaramos, si dicha doctrina no va de acuerdo a nuestro comportamiento perdemos todo sentido de credibilidad.  

Por ejemplo: Si en mi empresa yo hablo acerca de la honestidad pero hago trampa en la evasión de impuestos. 
Si le digo a mis hijos que es malo mentir pero cuando alguien llama por teléfono y ellos contestan les digo que digan que no estoy. 
Si me jacto de ser una persona "buena" que no roba o toma algo que no es suyo pero a la primera oportunidad me quedo con dinero que no me corresponde. 

3. Autoafirmación 
Consiste en respetar mis deseos, necesidades, gustos, habilidades y valores buscando la forma de expresarlos de acuerdo a mi contexto actual. Lo contrario a la autoafirmación sería la timidez, tener lastima hacia uno mismo, perder la confianza y creer que uno fracasa en todo lo que emprende. Inconscientemente, uno puede chantajearse al punto de permanecer frustrado para evitar "sufrir" o "ser menos" que las demás personas, colocándonos en situaciones que predisponen al fracaso justificando dicho fracaso por causas externas a nosotros. 

La autoafirmación no significa buscar ser el mejor en todo lo que hagamos, o mejor que los demás. No es pretender ser algo que no somos para sorprender a los demás. Significa dar lo mejor de nosotros mismos y tener conocimiento del alcance de nuestras habilidades. Es tener la disposición de valerse por uno mismo, de ser quien uno es abiertamente y tratarse con respeto en todas las áreas de tu vida. Es vivir de una forma autentica. Ser congruente con nuestro hablar, pensar y actuar. 

Por ejemplo: Aceptar nuestros errores y fracasos. 
Haciendo las cosas que nos hacen felices a pesar de lo que los demás puedan pensar. 
Aceptar nuestros defectos y amar nuestras virtudes. 



4. Aceptación de uno mismo 
No es posible tener una buena autoestima si no nos aceptamos a nosotros mismos.  Aceptarnos a nosotros mismos significa estar de mi lado, conocerme y amarme. Muchas personas lo confunden con una especie de egoísmo y se rechazan a si mismas. Sin embargo, aceptarme significa entender quien soy, que me hace ser como soy y adherirme a mi identidad. 

La aceptación consiste en tener la disposición de experimentar plenamente nuestros pensamientos, sentimientos, emociones, sueños, metas, disfrutar de nuestra esencia y no reprimirlos. De esta manera, al enfrentarnos a un error que hemos cometido, podemos aceptarle y aprender de él. 

Conlleva a la idea de ser amigo con uno mismo. Si fracaso o me siento derrotada, la aceptación de uno mismo no me niega la realidad, no me afirma que soy lo mejor que le pudo pasar al mundo, sino que indaga el contexto que me colocó en esta situación y me ayuda a salir adelante de manera consciente, responsable y activa. 

Por ejemplo: Si reprobé en un examen, no culpo a la maestra o pienso que soy un "idiota", me motivo y exhorto a estudiar más la próxima vez. 
Si no consigo el puesto en el trabajo, me felicito por mi perseverancia y sigo haciendo mi trabajo con una actitud positiva. 

5. La responsabilidad de uno mismo 
Para sentirme competente muchas veces necesito sentir una sensación de control en mi vida. Esto exige que esté dispuesto a asumir la responsabilidad de mis acciones y el cumplimiento de mis metas. Esto significa asumir la responsabilidad de mi vida y responsabilidad. Supone tener la madurez y el compromiso de llevar a cabo mis actividades y tareas cotidianas de la mejor manera posible. 

Por ejemplo: Yo soy responsable del cumplimiento de mis metas. 
Yo soy responsable de las consecuencias de mis acciones. 
Yo soy responsable de mi eficacia en el trabajo. 

6. Vivir con propósito 
Todos necesitamos saber que nuestra vida tiene un significado. Vivir con propósito es utilizar nuestras facultadas para el cumplimiento de las metas y deseos que nos hemos establecido. Ya sea tener una familia, una carrera, un negocio nuevo, dedicarle más tiempo a nuestra familia, viajar por el mundo, enseñar a los demás, ayudar al prójimo o ser un empresario exitoso, el propósito de nuestra vida es lo que infunda energía y significado a lo que hacemos. 

Significa vivir productivamente, fijando nuestras metas y actuando para conseguirlas.  Vivir sin propósito es vivir a la deriva de lo que suceda con nosotros, no tener ni voz ni voto en el resultado de nuestra persona. Para tener propósito en nuestra vida es necesario asumir la responsabilidad de nuestras metas y deseos. Interesarnos por las acciones que necesitamos implementar para alcanzarlos y prestar atención al resultado de nuestros actos para ver si nos conducen a donde queremos llegar. 

Por ejemplo: Quiero tener mucho dinero, pero me rehuso a trabajar. 
Quiero ser la mejor tenista de mi país, tengo que entrenar arduamente y echarle todas las ganas. 



Nosotros somos los responsables de nuestra vida. Revisemos que hemos hecho hasta ahorita en los diferentes aspectos de nuestra vida para poder corregir nuestros errores e impulsar nuestras habilidades. 

1 comment:

  1. Wao excelente articulo! se lo pasare a mi novia! aqui les comparto un articulo muy bueno, que espero les guste mucho http://autoestimapoderoso.com/afuera-la-baja-autoestima/

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